Fue en el clima conservador de finales del siglo XIX y principios del XX cuando comenzó el viaje del arte moderno en Cerdeña. En veinte años, el arte sardo comenzó a adquirir su fisonomía específica y a hacer reconocibles a los artistas individuales que, convencidos de la identidad específica del pueblo sardo, se dieron cuenta del valor cultural de su obra.
Comentario