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La Italia de las naciones

La Italia de las naciones

La Italia de las naciones

Fue en el clima conservador de finales del siglo XIX y principios del XX cuando comenzó el viaje del arte moderno en Cerdeña. En veinte años, el arte sardo comenzó a adquirir su fisonomía específica y a hacer reconocibles a los artistas individuales que, convencidos de la identidad específica del pueblo sardo, se dieron cuenta del valor cultural de su obra.

Mientras que la arquitectura académica se expresa con estilos históricos (clasicista, neorrenacentista, neomedieval), el lenguaje modernista (libertad y deco) allana el camino para ilustradores como Giuseppe Biasi y Filippo Figari, en busca de un signo más moderno. Junto con el escultor Francesco Ciusa, son los protagonistas de ese proceso que, con razón, se ha definido críticamente como la «invención de la identidad artística sarda», destinado a reevaluar las raíces etnográficas de la cultura y el arte isleños.

Tras la Primera Guerra Mundial, la atención de muchos artistas se centró en las artes aplicadas. El objetivo es siempre renovar la producción artística haciendo referencia a las tradiciones etnográficas locales y reevaluando la cultura popular.

Por el contrario, el centralismo del sistema cultural fascista tiene como objetivo silenciar las instancias regionalistas. En la arquitectura, las tendencias racionalistas están establecidas, con edificios a veces de gran valor formal y funcional, pero en las artes figurativas se vuelve a preferir los estilos académicos.
La integración en la cultura nacional se paga muy cara: la cultura regional, los modos de vida y el pensamiento tradicionales se reducen a

puro folclore.

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20/9/2023 - 11:32

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