En la segunda mitad del siglo XIX, Cerdeña compartía el clima de renovación urbana que caracterizaba a toda la península, comprometida con la creación de la moderna ciudad burguesa en la Italia posunitaria.
En este sentido, es fundamental la figura de Gaetano Cima, quien, profesor de Arquitectura en la Universidad de Cagliari de 1840 a 1864, formó toda una generación de técnicos cada vez más cualificados y conscientes de la importancia de la fase de diseño, basada en principios de orden, simetría y proporción.
Sin embargo, durante mucho tiempo, la construcción pública continuó caracterizándose en un sentido historicista con una marcada tendencia al monumentalismo y al eclecticismo de estilos, marcados por los renacimientos. Emblemáticas en Sassari y Cagliari son las decoraciones de las salas representativas confiadas respectivamente a Giuseppe Sciuti y Domenico Bruschi, y en Cagliari, la construcción del nuevo Palacio Cívico, que combina elementos neogóticos y elementos libertarios.
El régimen fascista dio un impulso arquitectónico y urbano renovado. Junto a las principales obras viarias, hidráulicas y portuarias, durante los veinte años se construyeron numerosos edificios públicos: universidades, edificios gubernamentales, escuelas, son solo algunas de las realidades arquitectónicas inspiradas en ese estilo oficial y académico, que caracterizó la construcción pública en toda la península.
Sin embargo, no faltan construcciones que se ajusten plenamente a los cánones del racionalismo. La creación de las ciudades fundadoras de Arborea, Fertilia, Carbonia y Cortoghiana fue entonces fundamental, los únicos casos en los que se concretó una nueva visión
Comentario