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Principios del siglo XIX

Principios del siglo XIX

Principios del siglo XIX
Oristano, chiesa di San Francesco d'Assisi. Foto di Comune di Oristano, 2007, da Sardegna DigitalLibrary

El 3 de marzo de 1799, el rey de Cerdeña Carlo Emanuele IV de Saboya desembarcó en Cagliari con una corte de familiares y colaboradores tras la huida del Piamonte, invadida por las tropas de Napoleón Bonaparte.
La presencia de la corte en la isla, que duró hasta 1814, por un lado impulsa la restauración política y civil y, por otro, hace que los Saboya ganen un nuevo consenso.
Un consenso que se extiende, sobre todo, entre las clases dominantes, que luego participarán en las actividades del gobierno. La presencia de Saboya también es tanto un estímulo para las transformaciones del gusto y la cultura como un elemento restrictivo representado por las necesidades de una nobleza doblegada y una gran burocracia.
Con respecto a las transformaciones culturales, tuvo una importancia significativa la figura de Carlo Felice, primero regente y luego reinante, cuya acción llevó a la organización de la educación pública (incluida la educación universitaria) y a la expansión de la vida cultural con la creación de un museo y la promoción de las Bellas Artes.
Entre los factores que modifican los hábitos y los gustos, cabe destacar la revalorización, en la relación de alteridad con la ciudad, del campo como recurso económico que debe gestionarse racionalmente. De hecho, no es casualidad que Carlo Felice, durante su segundo virreinato, se estableciera en Villa d'Orri, la casa de campo de su amigo y consejero el marqués Stefano Manca de Villahermosa, situada en el Golfo de Cagliari, a unos veinte kilómetros de la ciudad. Esta nueva visión de las cosas se concreta, entre otras cosas, en la construcción de monumentales portales de acceso a las propiedades cultivadas y organizadas en la empresa.

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5/8/2025 - 15:28

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