En la época romana, Cerdeña fue objeto de una intensa explotación agrícola y minera. Preziosa, por lo tanto, tuvo que demostrar su capacidad de garantizar el tráfico marítimo para que el transporte de los recursos recuperados en la isla se canalizara hacia la red de tráfico comercial, que fue muy floreciente en la época romana.
Roma prestó especial atención a las ciudades costeras fundadas por los fenicios, como Karales, Sulci, Nora y Tharros, y plantó otras nuevas. En todas ellas construyó nuevas instalaciones portuarias.
Cabe destacar la noticia de la presencia en Karales de una base militar de la flota de guerra, que incluía marineros sardos, egipcios, tracios y dálmatas. Igualmente interesante es la noticia de que el mayor número de marineros de las flotas romanas procedía de Cerdeña.
Aunque en Cerdeña no se conoce la existencia de sociedades reales de contratistas de transporte marítimo, sabemos que en Ostia debieron existir «Navicularii et Negotiators» (contratistas de transporte marítimo, de hecho) de Karales (Cagliari) y Turris Libisonis (Porto Torres).
Por último, una prueba de la importancia y el considerable volumen del tráfico marítimo son las cargas de naufragios de barcos caros, que, junto con las diversas clases de hallazgos arqueológicos (cerámica, vidrio, metales), documentan la amplia gama de exportaciones e importaciones.
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