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Españoles en Cerdeña

Españoles en Cerdeña

Españoles en Cerdeña

Fue necesario esperar hasta principios del siglo XVI para presenciar la formación de una escuela pictórica local cuyo máximo exponente fue Pietro Cavaro, miembro de una familia de pintores de Cagliari activos durante más de un siglo en los talleres del distrito de Stampace.

Pietro Cavaro se formó en Barcelona, pasó por Nápoles y luego regresó a Cerdeña, donde en 1518 firmó el Retablo de Villamar, su obra maestra, en el que se mostró al día de las novedades de la pintura renacentista italiana.

En el norte de Cerdeña, por otro lado, surge la personalidad, aún anónima, del Maestro de Ozieri, quien a mediados del siglo XVI introdujo en su pintura las mismas formas manieristas que se encuentran en los retablos de la escuela de Stampace de Cagliari, pintados al mismo tiempo.
También es importante, entre los siglos XVI y XVII, la escultura de madera enriquecida con la técnica del «acolchado dorado», que consiste en el dorado de hojas, la superposición de colores que luego se rayan para hacer emerger el oro, resaltando motivos geométricos o florales a imitación de telas preciosas.

Las órdenes religiosas nacidas en la época de la Contrarreforma desempeñaron un papel destacado en la difusión del arte barroco en el siglo XVII, entre todos los jesuitas que introdujeron el nuevo idioma en sus iglesias.
Durante el siglo XVII, se modernizaron las catedrales sardas y se renovó el equipamiento decorativo interior con preciosos mármoles policromados incrustados con la ayuda de trabajadores genoveses primero y luego lombardos. Sin embargo, la producción de suntuosos altares de madera dorada de tradición ibérica duró mucho tiempo, realizados por trabajadores sicilianos, campaneros y trabajadores sardos para sustituir a los retablos pictóricos.

Con algunas excepciones, se puede decir que la isla no experimentó las expresiones del Renacimiento italiano en la arquitectura, si no fue mediada y combinada con la lengua gótico-catalana de formas originales, que se convierten en la tradición de los canteros sardos tanto en la construcción religiosa, caracterizada por la adhesión al manierismo, como en la construcción civil.
Por último, a partir de finales del siglo XVI, el esfuerzo por defender las aldeas sardas de las incursiones bárbaras fue significativo, lo que se materializó en la construcción de un eficaz sistema de torres costeras.

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20/9/2023 - 11:25

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