La noche del 16 al 17 de enero en muchas ciudades de Cerdeña se celebra la fiesta de San Antonio Abad. El símbolo de la celebración es el fuego que quema montones de madera, alrededor del cual la comunidad se reúne para pedir al Santo la gracia y los milagros.
El rito del fuego de San Antonio, entre la devoción cristiana y las antiguas tradiciones paganas, está documentado desde mediados del siglo XIX, aunque sus orígenes se remontan a tiempos más remotos. Según la leyenda, San Antonio, un exponente del ascetismo egipcio en el siglo III d.C., se fue al infierno con su vara de férula y su lechón, consiguiendo robar una chispa de fuego para regalarla a la humanidad, que hasta entonces se había visto obligada a sobrevivir al frío, en la oscuridad, presa de la embestida de las fieras salvajes.
El encendido de hogueras rituales con motivo de la emergencia festiva antes mencionada, además de estar vinculado a la leyenda del regalo del Santo del Fuego, una herramienta indispensable para numerosas técnicas culturales, como cocinar alimentos, está vinculado a significados más profundos. Como forma de magia simpática (en virtud de la cual lo similar atrae a lo similar), el encendido del fuego tiene por objeto devolver la fuerza al sol, a fin de promover el paso de las estaciones, el despertar primaveral de la naturaleza y, sobre todo, el crecimiento de las plantas cultivadas.
Hay muchos lugares en la isla donde se encienden hogueras en honor al santo. También hay casos, como en Quartu Sant'Elena, en los que este ritual, abandonado hace algún tiempo, ha vuelto a ponerse de moda, de acuerdo con la dinámica moderna de «redescubrir la tradición».
El rito de encender el fuego comienza los días anteriores con la elección, la recolección y el transporte de los arbustos para quemarlos, generalmente haces o plantas huecas en su interior. Toda la comunidad participa en la recolección y el transporte de la madera. Las hogueras, en las distintas ciudades de Cerdeña, toman diferentes nombres. El término más genérico y común es fogadoni o fogadona. Otros nombres derivan del tipo de madera utilizada: sa tuva (que indica la madera de roble hueco en su interior, desprovista de ramas y raíces), sas frascas (arbustos del matorral mediterráneo, como el madroño, el lentisco, la jara) y su romasinu (ramas de romero). Los troncos se colocan en posición vertical en el centro de la plaza, a menudo frente a la iglesia dedicada al Santo. En los huecos de las ramas cortadas, se insertan algunas hojas de laurel, que servirán para encender el fuego. Dado que la hoja de laurel, como el romero, es una planta perenne, la función propiciadora de su presencia en la hoguera ritual subyace a la esperanza de una fructífera repetición del ciclo agrario, sin interrupciones causadas por desastres naturales. Una vez terminada la preparación de la hoguera, el sacerdote bendice los troncos y el fuego. A partir de ese momento, puede comenzar la fiesta, que dura toda la noche hasta que el fuego se apague espontáneamente. Los dibujos creados al fumar ofrecen presagios y profecías para el año agrario.
Además de los fuegos artificiales ceremoniales, las celebraciones de San Antonio en Cerdeña muestran, como una constante, la producción de dulces que se ofrecen al santo con funciones de felicitación o para implorar una gracia. Los caramelos votivos se bendicen en la iglesia o en contacto con el fuego ceremonial, según rituales precisos marcados por gestos y normas rígidamente codificados. Por ejemplo, en Bono, las mujeres con cestas que contienen sas cogones de pistiddu (dulces a base de sapa) hacen sas inghiradas (los círculos) alrededor de su fogarone (la hoguera ritual): tres a dresta y tres a manca («tres a la derecha y tres a la izquierda»).
En algunos países, la fiesta de San Antonio marca el inicio del carnaval. Por ejemplo, en Mamoiada, donde podrás presenciar cómo se visten y se lanzan por primera vez al público las máscaras tradicionales de los mamutones y los issohadores (Essia lo sabe primero). En Ottana celebramos s'Ogulone de Sant'Antoni y el primer Mesías de Boes y Merdules. En Orotelli sos Thurpos celebran
ritos propiciatorios. Incluso en otros lugares, como Bosa, Neoneli, Oniferi y Orani, el encendido de las hogueras representa el comienzo de la temporada de carnaval.
En muchos países, por ejemplo en Dorgali, el fuego ritual también se enciende tres días después, en honor a San Sebastián, cuya festividad se celebra el 20 de enero. La decoración más sencilla del postre votivo preparado para estos días de celebración, en pistiddu (dos hojas selladas que contienen un relleno hecho con miel o sapa), consiste en un grabado que representa una cruz en la parte superior del pastel y, en los cuatro campos marcados por esta última, las iniciales S.A. (San Antonio) y S.S. (San Sebastián). Las decoraciones más complejas, instaladas, además de Dorgali, en otros países de Nuoro (por ejemplo, Orani), tienen motivos florales y vegetales, destinados a propiciar el florecimiento primaveral de la naturaleza.
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Autor : Chiaramida Antonello
Año : 1665
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