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Iglesias románicas

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Hacia mediados del 1000, Cerdeña se dividió en cuatro reinos o jueces, gobernados por un rey o juez. Los jueces eran los representantes locales del emperador bizantino que, alrededor del 1000, pasó a ser autónomo. El resultado fue una división del territorio en los cuatro reinos de Cagliari, Arborea, Torres y Gallura, divididos a su vez en comisariados.

Al mismo tiempo, fuimos testigos de la reorganización de la Iglesia. Las vastas diócesis de la era bizantina se dividieron en nuevos distritos eclesiásticos: archidiócesis y diócesis gobernadas por arzobispos y obispos, a las que se dirigían las parroquias.
En este contexto, los jueces, mediante donaciones, alentaron la llegada a la isla de los benedictinos (de Montecassino, San Víctor de Marsella, Camaldoli, Vallombrosa, Císter) que establecieron sus monasterios en el territorio sardo. Se produjo un renacimiento de la cultura bajo el ala protectora de la Santa Sede.

Tampoco hay que olvidar la presencia cada vez más estable y arraigada de las repúblicas de Pisa y Génova, cuya actividad comercial en la isla provocó conflictos con las autoridades locales. Su presencia a menudo interfería a nivel político y determinaba el final de tres jueces (Cagliari, Torres y Gallura), que después de 1250 cayeron en manos de señores pisanos o genoveses.
Estas circunstancias históricas contribuyeron a la circulación de nuevas corrientes artísticas en la isla, que se incrustaron en el sustrato local y que han dejado las huellas más significativas en la actividad arquitectónica militar y, sobre todo, eclesiástica

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20/9/2023 - 11:17

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